EL HUÉSPED ILUSTRE: JULIO SOSA.
Por Vicky García Lorenzo.
Julio María Sosa Venturini nació el 2 de febrero de 1926 en Las Piedras, Canelones. Conocido como Julio Sosa y apodado como El Varón del Tango, fue un cantante que alcanzó la fama en Buenos Aires entre los años 1950 y 1960.
Nació en el seno de una familia humilde, hijo de Luciano Sosa, peón de campo, y Ana María Venturini, lavandera. En su juventud, a causa de la pobreza, ejerció varios empleos.
En 1942 se casó, con tan sólo 16 años, con Aída Acosta, de quien se separó dos años más tarde.
Sus comienzos profesionales fueron como vocalista en la orquesta de Carlos Gilardoni en la ciudad de La Paz.
Se fue a Buenos Aires en 1949.
Llegó a triunfar en el Río de la Plata, siendo considerado uno de los cantores de tango más importantes de la segunda mitad del siglo XX.
Durante sus 15 años de trayectoria en Argentina, Sosa fue cantor de tres orquestas.
La primera, Francini-Pontier (1949-1953), con la que realizó 15 grabaciones en RCA Victor, entre ellas Por seguidora y por fiel, Dicen que dicen, Viejo smoking y El hijo triste (única grabación a dúo de su discografía, junto a Alberto Podestá); la segunda, la de Francisco Rotundo (1953-1955), con el que grabó 12 temas en el sello Pampa, entre ellos Justo el 31, Mala suerte, Secreto, Yo soy aquel muchacho y Bien bohemio; y la tercera, la de Armando Pontier (1955-1960), ya desvinculado de Francini.
En esta etapa Sosa grabó en total 33 registros, 8 de ellos para RCA Victor (1955-1957) y los 23 restantes en el sello CBS Columbia (1957-1960).
Algunos temas destacados son: Tiempos viejos, Araca París, Cambalache, Al mundo le falta un tornillo, Padrino pelao, Tengo miedo, Margo, El rosal de los cerros, Brindis de sangre y Azabache.
Fue bautizado por el periodista Ricardo Gaspari como El Varón del Tango, llamándose así también su primer disco de larga duración. Leopoldo Federico hizo que el cantor se volviera famoso a través de sus composiciones.
En 1958 se casó con Nora Edith Ulfeldt, con quien tuvo una hija, Ana María, divorciándose poco después y poniéndose en pareja con Susana “Beba” Merighi.
En el año 1960 escribió su único libro, Dos horas antes del alba.
Sosa tenía una pasión por los autos, y había tenido varios accidentes de tránsito por conducir a desmedida velocidad.
Como consecuencia, falleció a los 38 años, a las 9:30 horas del 26 de noviembre de 1964, en un accidente automovilístico ocurrido en la esquina de la Avenida Figueroa Alcorta y Mariscal Castilla del barrio de Palermo en la ciudad de Buenos Aires.
Sus restos fueron velados en el Salón Argentina pero la multitudinaria concurrencia obligó a trasladar los cortejos fúnebres al Luna Park.
Hoy sus restos están en el cementerio de Las Piedras, Canelones, Uruguay.