Por Armando Allen
Con orígenes en El Patch Adams tanguero, como se lo conoce al médico estadounidense que combina tratamientos con humor en salas de hospital, Gerardo Pérez, nefrólogo y tanguero uruguayo, lleva el bandoneón a los centros de diálisis e interpreta tangos mientras los pacientes se someten al tratamiento.
Se trata de un tratamiento duro y difícil el cual muchos no lo aceptan ya que anímicamente no están bien. Es por ello que se les sugiere la música para acompañarlos y estos la aceptan de buena manera.
Disfrutar de la música, de alguien tocando en vivo, ponerse a cantar ( y recita algún un verso a una enfermera) recordando lindos momentos de su juventud les hace bien .
Pese a que muchos asocien al estilo musical con la melancolía, Gerardo asegura que no y que sus pacientes disfrutan de la música más que de lo poético.
En su repertorio entran clásicos de Carlos Gardel como Volver o Mi Buenos Aires querido; de Astor Piazzolla como Chiquilín de Bachín o Adiós Nonino; de Aníbal Troilo como Sur y una larga lista que combina tango, milonga, vals y ranchera.
Si bien estos admiten no tener pruebas certeras de que su música redunde en mejoras en la salud de los pacientes. La idea principal de todo esto es hacerlos sentir bien desde el punto de vista humano, no solo científico.
Lo que sí mejora es su adhesión al tratamiento. Algo que a la larga los ayuda porque estos pacientes, deben seguir dietas estrictas en la vida cotidiana, y si no están dispuestos a hacerlo, su salud empeora. A medida que se sienten más contenidos en el centro de diálisis, se toman el problema de otra manera.
La orquesta actuó por primera vez en el cierre de la asamblea de la Asociación Médica Mundial y actuará en la sede del SMU. Además, se propone conseguir apoyo público para llevar su música a los hospitales. Actualmente hay un llamado en el SMU para que profesionales y estudiantes que sean músicos se sumen al proyecto.
Fuente: Diario El País